La estrella de la mañana, de Karl Ove Knausgård

René Llatas Trejo
3 min readJul 6, 2023

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¿Es posible escribir ficción después de una saga espectacular de autoficción como Mi lucha?

Ciertamente es posible, y más aún después del Cuarteto de las estaciones -En otoño, En invierno, En primavera y En verano- bañada por el proceso creativo de la explicación del universo más cotidiano hasta el más complejo.

No hay duda de que para Knausgård la escritura se le hace fácil en el sentido automático: poder escribir de lo que está escribiendo ennegreciendo página tras página sin seguir un rumbo puede ser un ejercicio delicioso pero a la vez frustante.

La estrella de la mañana (Anagrama, 2023), su novela más reciente, es un logro para desprenderse del éxito pasado -su vida encarnada en literatura- y revalorarse como Escritor. También, de alguna manera, para liberar a sus lectores de la fantástica opresión que significó Mi lucha y encausarlos de nuevos proyectos.

En La estrella de la mañana el escritor noruego pone a prueba el misterio, los temores, las creencias, en una serie de personajes que se verán tocados por la aparición repentina de un astro. La luminocidad de dicha “estrella” agita el panorama mundial desde las redes sociales hasta la vida privada.

La sensación de este fenómeno me llevó a dos películas, una más reciente que la otra: Melancolía, de Lars Von Trier, y No mires arriba, de Adam McKay. Desde luego mucho más a la película de Von Trier. Y esto porque no existe una horeocidad para salvar al planeta ante tal catástrofe, solo el devenir de lo insólito, de lo inevitable.

Knausgård no plantea soluciones a sus personajes, sino más bien una polifonía que logra cerrar vasos comunicantes a lo largo de las casi 800 páginas.

El mundo se pone en contacto con nosotros. Son señales del mundo. De lo que hay.

Dice uno de los personajes, luego de dar cuenta de algunos hechos similares ocurridos hace cientos de años.

Entonces la vida continúa como tal, respondiendo, sobre todo interpretando cada significado posible de la estrella de la mañana en la mitología, en las religiones, en la propia Biblia, en medio de las infaltables contingencias desgastantes, desoladoras, de cada individuo.

Photo: Solve Sundsbo

Luego de veinticuatro capítulos la novela de Knausgård concluye con un estupendo ensayo de Egil Stray: Sobre la muerte y los muertos, que es su propia vida y libertad, un juego de ideas personales y prestados de Bataille, Nietzsche, Eliade.

Los sueños pertenecen a lo irracional, y decir que son ellos los que nos permiten acceder a la realidad tal como es, obviamente no puede ser aceptado por lo racional. Pero, curiosamente, también en el lado racional los límites del tiempo se han desgastado: cuanto más ha penetrado la ciencia en sus misterios, menos obvia va siendo la separación

René Llatas Trejo

Nota: Reseña publicada inicialmente en el portal Círculo de lectores.

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René Llatas Trejo

Écrivain; blogger; autor de Aftersun. Ha realizado colaboraciones en revistas del medio como Buensalvaje, El Dominical del diario El Comercio, entre otras.